En los últimos años, las mujeres han comenzado a expresar con mayor libertad sus deseos, preferencias y fantasías sexuales. Lo que antes se susurraba o se guardaba en silencio, hoy se convierte en conversación abierta entre amigas, parejas o incluso en redes sociales.
En charlas informales, muchas coinciden en las fantasías más frecuentes:
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Tríos: La posibilidad de recibir placer de más de una persona al mismo tiempo, ya sea con dos hombres o con dos mujeres.
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Orgías: Encuentros sexuales grupales donde reinan la libertad y la falta de restricciones.
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Sexo en público: El morbo de ser descubierta y romper con lo prohibido.
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Ser observada: La excitación de sentirse el centro del deseo, ya sea en vivo o por cámara.
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Sexo con otra mujer o persona trans: La curiosidad por lo desconocido o la diferencia en las formas de tocar.
Aún existen muchas otras fantasías que no se dicen abiertamente: dominación, sumisión, revivir experiencias pasadas o incluso imaginar escenas con personas cercanas como un jefe o un vecino.
Lo cierto es que no hay reglas en el deseo, y cada mujer construye sus fantasías a partir de su historia, su cuerpo y su imaginación.
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